miércoles, 8 de octubre de 2008

EL ARTE DE COCER LA PASTA



Cuando vayáis a preparar pasta, será conveniente recordar lo que dice un refrán italiano:

“La pasta es igual que una bella mujer: que está bien con todo, pero mejor todavía con poca cosa”.

Lo cierto es que lo encuentro un poco machista, pero los italianos lo emplean bastante y nos puede ayudar a entender, que la pasta solamente requiere lo necesario.

• Cocer la pasta en una olla alta y sin tapar. Hacerla hervir libre y alegremente, en abundante agua con sal

• La proporción de agua es de ½ litro por cada 50 gr. de pasta.

• Primero se pondrá la sal y después la pasta que se añadirá, cuando el agua esté en plena ebullición, y si se trata de pasta larga (espaguetis, linguines, tallarines, etc.) deberemos echarla en forma de abanico y si es pasta corta (macarrones, espirales, etc.) se añadirá esparcida.




• En el momento de echarla, es conveniente subir el fuego para que no se interrumpa la ebullición.

• Removerla con un tenedor de madera al principio y una vez durante la cocción de la misma. (Nunca inutilicéis un tenedor de metal, pues sustraerá el calor del fuego, retardando su ebullición)

• El tiempo de cocción, variará dependiendo del tipo de pasta, de la calidad del agua, de la intensidad del fuego, del tipo de recipiente e incluso de la altitud del lugar. En general la mayoría de las pastas cuecen entre 3 y 10 minutos, pero os aconsejo que os guiéis por las recomendaciones del fabricante de la misma, teniendo en cuenta que estará en su punto (al dente) cuando esté cocida por fuera y al probarla la notemos nerviosa por dentro. Dicen que los napolitanos, que son los maestros de la pasta, aseguran que debe quedar con el “alma dentro”, o sea un tanto cruda en su interior.

• Es muy importante escurrírla rápidamente en un colador de rejilla. No pasarla jamás por agua fría excepto que vayamos a utilizarla para ensaladas o platos fríos.

• Condimentarla enseguida con la salsa que ya deberemos tener preparada.

. Servirla bien caliente.

• Nunca se cocerá en caldos muy grasientos entre otras cosas, porque cualquier alimento que se impregne de grasas durante su cocción, se digiere mal.

• La cantidad necesaria es aproximadamente de 100 gr. por persona. Existen unos medidores que indican la cantidad necesaria de acuerdo con los comensales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué chulos! Yo quiero uno de esos medidores :)