jueves, 13 de marzo de 2008

POTAJE



Si hay un guiso propio para una época del año, éste es el potaje de vigilia. Este magnifico plato, con el que se cumplía con el precepto de abstenerse de comer carne en cuaresma, si está bien preparado, es una autentica delicia que hoy día se degusta no por obligación, sino por puro placer.

INGREDIENTES:

• 250 gr. de garbanzos.
• 250 gr. de bacalao salado
• ½ gr. de espinacas
• 3 tomates maduros
• 2 cebollas
• 1 cabeza de ajos
• 2 huevos cocidos
• 1 rebanada de pan
• 2 hojas de laurel, azafrán, sal, 4 clavos de especia y aceite de oliva y 2 litros de agua
 
MODO DE HACERLO:

Quitar bien las escamas del bacalao, y ponerlo a remojo 24 horas antes de su preparación. La noche anterior, remojar también los garbanzos con agua y una cucharada de sal.
Poner agua con sal en una olla, y cuando hierva introducir los garbanzos junto con el laurel, la cabeza de ajos y una de las cebollas entera y en la que previamente habremos pinchado los 4 clavos de especia. Cocer a fuego lento para que no se rompan los garbanzos.
Mientras tanto, en una cacerola aparte, poner aceite con unos amitos bien picados y añadir las espinacas. Reservar
Poner aceite en una sartén y freír la rebanada de pan. Reservar. Pochar la otra cebolla bien picadita. Escaldar los tomates, rallarlos y añadirlos a la sartén junto con la cebolla. Dejar que se haga.
Mientras tanto, poner el pan frito en el mortero, machacarlo junto con las hebras de azafrán y añadirlo al sofrito. Cuando está todo bien hecho, incorporar las espinacas y mezclar bien.
Una vez cocidos los garbanzos, retiramos el laurel, los ajos y la cebolla, y volcamos el sofrito de la sartén, añadiendo en ese momento el bacalao. Lo dejamos cocer durante unos minutos para que se mezclen bien los sabores. Probar y rectificar de sal. Cortar los huevos menuditos y ponerlos encima a la hora de servir.

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