El solomillo es una carne muy rica pues al mismo tiempo que es jugosa y tierna, su sabor es muy delicado, sobre todo si se trata de solomillos ibéricos, muy apreciados al paladar. Esta receta, bien puede servirnos para una comida o cena especial, y además tiene la ventaja de que podemos dejarla preparada, solamente a falta de trinchar.
INGREDIENTES: (Para 4 personas)
2 solomillos de cerdo ibérico
100 gr. de arándanos rojos secos
1 cebolla y 1 diente de ajo
1 vaso de vermut rojo
1 cucharadita de maicena
Aceite de oliva, sal y pimienta
½ pastillita de caldo de carne
Unos tallos de cebollino para decorar
MODO DE HACERLO:
Salpimentar los solomillos. Poner una cazuela de fondo grueso con un poco de aceite, y cuando esté caliente dorar los solomillos, que previamente habremos salpimentado, a fuego vivo, para que se selle bien la carne y no se desjuguen.
Cuando estén en su punto, sacar y reservar. En ese mismo aceite, dorar la cebolla cortada en trozos pequeñitos. Cuando esté blandita, añadir el vermut, la ½ pastilla de caldo y un vaso de agua, y colocar nuevamente los solomillos en la cazuela, ponerle una tapa y dejar cocer a fuego suave unos 10 minutos aproximadamente. Sacar la carne, y pasar la salsa primero por el pasapurés y después por un colador fino apretando bien con la mano del almirez, para que quede la salsa bien fina. Disolver la maicena en un poco de agua y añadírselo al tiempo que lo movemos bien para que se disuelva sin formar grumos. Volver a poner los solomillos dentro de la cazuela, añadir los arándanos
y dejar cocer otros 5 minutos más a fuego suave. Trinchar en medallones gorditos, y poner unas tiras de cebollino para adornar.
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