Hace unos años, nos hicimos una casita en el campo y como no, dejamos un trozo pequeño en el jardín para hacer un huerto. Al principio todo iba bien, pero la verdad es que resultaba muy laborioso trabajarlo, pues comienzan a crecer raíces y malas hierbas y hay que cavarlo para que la tierra esté esponjosa con lo que se te acaban haciendo polvo los riñones. Por suerte, tenemos la fortuna de contar con nuestro íntimo amigo Emilio, al que se le ocurrió que podíamos hacer un huerto alto, donde no habría que agacharse, y se podría trabajar fácilmente y este fue el resultado:
La verdad es que los amigos se meten con nosotros y nos dicen que si vamos a llevar a Mercamadrid la producción de judías verdes, etc. pero lo cierto es que para coger un kilo a la semana no tenemos que correr, y son una autentica delicia. Tanto es así, que este año hemos hecho otro y esta vez es de piedra:
Os animo con lo del huerto, y no solo si tenéis un trozo de terreno, pues mis hijos viven en un ático, y a los dos Emilio les ha fabricado un huerto de madera como el primero que os he mostrado. Le han puesto riego automático por goteo, y es una satisfacción comer una ensalada con tus propios tomates y cebollas. Tanto la remolacha, como la cebolleta y el cebollino, son cosecha propia. De verdad, ¡un gustazo!
INGREDIENTES:
2 remolachas
2 cebolletas
8 tiras de cebollino
Aceite y sal
MODO DE HACERLO:
Poner una cazuela en el fuego con agua y sal, lavar las remolachas y cocerlas hasta que estén tiernas. Sabréis que están en su punto, cuando al pincharlas con una aguja no ofrezcan resistencia. Sacarlas del agua, dejar que se enfríen, pelarlas y cortarlas en rodajas finitas. Cortar en juliana la cebolleta y picar menudito el cebollino. Colocar en un plato la remolacha, y encima poner la cebolleta, esparcir por encima el cebollino y aliñar con sal y aceite. ¡rico, rico!
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