Durante siglos, el bacalao fue un pescado que estaba totalmente desprestigiado, tratándose de un alimento para pobres. Era obligado comenzar la cuaresma comiendo bacalao, por lo que a nivel popular, ésta se representaba con una vieja con siete pies que simbolizaban las semanas de la cuaresma. Dicha vieja, portaba en su mano una bacalada, y en la otra mano o sobre la falda, frutas y verduras, como símbolo de austeridad y abstinencia. Cada semana se le arrancaba un pie y se quemaba. El domingo de Pascua, se quemaba la vieja con el único pié que le quedaba y se procedía a la primera comida suculenta, que si la economía lo permitía, solía ser cordero y embutidos. Esta figura de la vieja, también podía encontrarse en los escaparates donde se vendía bacalao como recordatorio de la prohibición canónica de comer carne.
Pues bien, después de esto, vamos a nuestra receta que prepararemos con lomos de bacalao fresco, pero cuidado que sea bacalao, pues a veces tratan de vender por bacalao lo que no es, y a la hora de comerlo, se nota.
INGREDIENTES:
. 2 lomos de bacalao fresco
· 2 patatas
· 1/2 pimiento verde
· 2 huevos
· 1 cebolla pequeña
· Un loncha de jamón serrano (optativo)
· 2 cucharadas de perejil picado
· 2 puñados de espinacas “baby”
· Aceite de oliva, sal y pimienta blanca.
MODO DE HACERLO:
Pelar, lavar y cortar en rodajas finas las patatas. Cortar la cebolla y el pimiento en juliana, mezclar con las patatas y ponerlo al fuego, en una sartén de fondo grueso. Dejar que se haga despacio, como recociéndose. Cuando esté listo, sacarlo y ponerlo a escurrir. Retirar la mayor parte del aceite y en un poquito, saltear el jamón cortado en tiritas. Añadirlo al sofrito anterior. Colocar nuevamente todo ello en una sartén, batir levemente los huevos y echarlos en la sartén, remover para hacer el revuelto, que dejaremos jugoso. Reservar. Poner un poco del aceite en el que hecho pochado las patatas y el resto de los ingredientes del revuelto, y cuando esté caliente pero no hirviendo, colocar los lomos de bacalao una vez salpimentados, con la piel hacia arriba. Incorporar el perejil y dejar que se hagan a fuego suave, moviendo la cazuela en vaivén para que ligue un poco la salsa como si se tratara de un pil-pil. Poner un poco de sal a las espinacas y freír en aceite bien caliente, hasta que se queden crujientes. Sacar y poner sobre papel absorbente. Montar el plato colocando una capa del revuelto, encima el bacalao, napar con la salsa, y colocar al lado las espinacas.
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