Al parecer no está claro el origen de las patatas violetas pero
parece ser que son oriundas de América del Sur. Existen distintos tipos de
patatas violetas pero el mas común es el llamado Vitelotte, de forma alargada,
cilíndrica y con la piel de color morado
muy oscuro casi negro. La piel es fina y
llena de “ojos”, su carne es de color violeta intenso.
Tiene un gran contenido en almidón, y se pueden cocinar como el
resto de las patatas, hervidas, asadas, en puré, etc. Su sabor es muy similar
al de la patata que estamos acostumbrados, pero sus propiedades
nutricionales se encuentran por encima del
de las patatas blancas principalmente
por su color.
Esta receta se puede hacer con cualquier tipo de patatas, pero es
indudable que el color de éstas las hace muy atractivas.
INGREDIENTES
PARA EL CRUJIENTE:
· ½ docena
de patatas violeta
· Agua
y sal
· Papel
de horno
MODO
DE HACERLO:
Pelar
las patatas, cascarlas y ponerlas a hervir en agua con sal.
Una
vez cocidas se escurren y se pasan por el pasapurés. Rectificar el punto de
sal. Aplastarlas con la ayuda de un tenedor para que el puré se haga más
homogéneo:
Cortar un trozo de papel de horno y
pincelarlo con unas gotas de aceite de oliva.
Poner sobre él una bola pequeña de puré, y encima otro trozo de papel
que también habremos untado con aceite. Con la ayuda de un rodillo ir
extendiendo el puré hasta dejar una capa muy fina:
Retirar
la hoja superior e introducir en el horno a 140º durante unos 25 minutos aproximadamente.
Deberá quedar crujiente. Sacar y trocear.
OTRA IDEA:
Cocer alguna patata mas y preparar un
puré como si se tratase de un puré de patata normal. Es decir una vez pasado
por el pasapurés, ponerlo al fuego e ir aclarándolo con un poco de leche entera
al tiempo que lo vais moviendo para que no se pegue. Incorporarle una cucharada
de mantequilla y listo.
Podéis servirlo de guarnición y encima colocar
de adorno un trocito del crujiente.
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